TREINTA AÑOS
“Treinta años son nada”, dicen,
si has logrado y tenido todo.
Mi faz, mi belleza,
en mi frente dibujada
la sutil arruga primera.
Como bolsa plástica al compás del viento,
escribiré el libro que nunca diré.
Serán mis amigos y seres queridos
quienes leerán este libro
jamás contado, pero escrito.
Toda verdad tiene su oportunidad y momento.
No es suficiente. Merecemos mucho más.
Merecemos recompensa por tener fe.
Porque ser una flor tardía no basta;
“Treinta años son nada", dicen.
Somos inmortales: creemos en los sueños.
Escrito por:
Francisco-Valenzuela
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