¿Qué es y cómo escribir un ensayo?
¿Te has planteado alguna vez un tema sobre el cual tengas conocimientos y un punto de vista en particular, y has sentido ganas de escribir sobre ello? ¿No sabes si lo que has escrito es literatura, y si lo es, cómo se clasifica? Probablemente, escribiste literatura, pero no la conocida y convencional, sino una más moderna y reflexiva; me refiero a un ensayo.
¿Qué es un ensayo?
Antes que todo, ¿qué es un ensayo? Un ensayo no aparece catalogado como un género literario en sí por el peso de los academicistas debido a que, a diferencia de los otros géneros literarios, el ensayo no se centra solo en lo artístico, sino que también en la puesta de ideas; el autor alude directamente a sus pensamientos y realidad interior. No cuenta una historia, más bien, describe una realidad o un punto de vista propio sobre algún tema o situación en particular.
Se podría decir entonces que un ensayo no es propiamente una creación literaria, sino un análisis de temas dispuestos de manera tal que posee carácter estético. Por ello se ha categorizado como género literario didáctico, ¿por qué didáctico? Porque en una lectura y relectura, el lector siempre tendrá la opción de interpretarlo según sus conocimientos y su postura sobre el tema tratado; puede estar de acuerdo o no, sacar sus propias conclusiones e incluso adentrarse en el tema y cambiar de opinión.
Es importante señalar que no todos los ensayos son literarios didácticos. Ciertas universidades y periódicos lo utilizan como medio informativo o argumentativo, otorgándole un carácter completamente utilitario.
Para muchos autores, el ensayo es una posibilidad de trabajar el pensamiento, reflexionar y plasmar mediante la prosa ciertos aspectos de la vida contemporánea. Su carácter interpretativo atrae de manera poderosa la atención de los lectores.
Características del ensayo
Las principales características del ensayo son:
Argumentación: se plantea una idea sobre un tema determinado.
Brevedad: los temas no se analizan en detalle, ya que deben despertar la inquietud del lector y abrir la discusión. No se puede dar por zanjada la cuestión que motiva la escritura del ensayo, pues esto limitaría la capacidad de análisis.
Carácter subjetivo: quien escribe no es un experto en el tema que plantea, solo realiza un análisis desde su perspectiva.
Carece de estructura fija: el ensayista no pretende realizar un tratado científico o ético.
Posee intención dialogal: el autor pretende comunicarse con sus lectores, hacerlos reflexionar sobre lo que expone.
Tema contingente: el tema tratado debe ser actual y estar vigente.
Como puedes ver, un ensayo se considera literatura didáctica cuando el autor plantea su visión sobre un tema de manera intensa y coherente, exponiendo incluso experiencias personales y valiéndose de recursos literarios estéticos. Es de carácter subjetivo, así que el lector puede interpretarlo a su gusto o plantear una nueva perspectiva.
Quizá hayas escrito muchos ensayos sin darte cuenta o tengas ganas de comenzar a hacerlo. Michel de Montaigne fue uno de los primeros autores de ensayos y es conocido por ellos. Suponía que un ensayo era prácticamente eso, un prototipo, algo no terminado, y tocó temas que hasta el día de hoy son un enigma para el ser humano, como el amor, la muerte y la justicia, entre muchos otros.
Ejemplo:
Es a la verdad la mentira un vicio maldito. No somos hombres ni estamos ligados los unos a los otros más que por la palabra. Si conociéramos todo su horror y trascendencia, la perseguiríamos a sangre y fuego, con mucho mayor motivo que otros pecados. Yo creo que de ordinario se castiga a los muchachos sin causa justificada, por errores inocentes, y que se les atormenta por acciones irreflexivas que carecen de importancia y consecuencia. La mentira sola, y algo menos la testarudez, paréceme ser las faltas que debieran a todo trance combatirse: ambas cosas crecen con ellos, y desde que la lengua tomó esa falsa dirección, es peregrino el trabajo que cuesta y lo imposible que es llevarla a buen camino; por donde acontece que comúnmente vemos mentir a personas que por otros respectos son excelentes, las cuales no tienen inconveniente en incurrir en este vicio. Trabaja en mi casa un buen muchacho, sastre, a quien jamás oí decir verdad más que cuando le conviene. Si como la verdad, la mentira no tuviera más que una cara, estaríamos mejor dispuestos para conocer aquella, pues tomaríamos por cierto lo opuesto a lo que dijera el embustero, mas el reverso de la verdad reviste cien mil figuras y se extiende por un campo indefinido. Los pitagóricos creen que el bien es cierto y limitado, el mal infinito e incierto. Mil caminos desvían del fin, uno solo conduce a él. No me determino a asegurar que yo fuera capaz para salir de un duro aprieto o de un peligro evidente y extremo, de emplear una descarada y solemne mentira. Plinio dice que nos encontramos más a gusto en compañía de un perro conocido que en la de un hombre cuya veracidad de lenguaje desconocemos. Ut externus alieno non sit homines vice. El lenguaje falso es en efecto mucho menos sociable que el silencio.
Michel de Montaigne, De los mentirosos.
En este fragmento, el autor realiza un juicio sobre lo que para él es la mentira, pero no cierra el tema, lo deja abierto a la interpretación y al diálogo.
Si hay algo que te haga pensar y reflexionar y sobre lo que quisieras hablar con los demás, ¿por qué no te atreves a escribir un ensayo?
Este artículo fue escrito por:
Claudia Cuevas Moya
Editora de Aguja Literaria
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