PASEANDO CON EXTRAÑOS
Miro alrededor,
¿qué disuade mi atención?
Olvidé el momento
en que él me quitó el sueño.
Sus palabras, dulces gratis,
cual niño me alimentaron.
Sus besos, miel en pillaje,
dulce enjambrazón.
Tal larva astral
me incitaba a la acción.
Me hice a la mar
más allá de la imaginación.
La tristeza nos unía.
La felicidad, nuestra razón.
Mi mundo era su mundo.
¡Alegría, placer, éxtasis!
Bailábamos por horas,
nuestros cuerpos dibujaban
como Diablo en la discoteca
a las tres y cuarto e la madrugada.
Cuando encontré reposo
para yacer mis pies,
ahí estaba él
paseando con extraños.
Dulces moscas
en tarta travesaña.
Bella tarta
en barra o pie de cabra.
Me gusta, no me disgusta.
Me atrae, no me distrae.
Han pasado cinco días.
¿Después? Cuarenta días más.
No hay tiempo ni espacio:
un eclipse se formó.
Primavera y verano:
una nueva estación.
Ahora soy otra víctima
de esa revolución llamada amor;
sin congoja ni sosiego
atravesó alma y corazón.
La tristeza nos unía.
La felicidad, nuestra razón.
Mi mundo era su mundo.
¿Para qué lo engañé?
¿Para qué? ¡Qué bien la pasábamos!
Escrito por:
Francisco-Valenzuela
Comments