ESCALERA
Envuelta y prisionera en el vientre de la naturaleza, casi imperceptible a la mirada humana, se encontraba aquella escalera. ¿En qué momento de la historia había sido olvidada? ¿A qué lugar conducía a quienes subieron por sus olvidados peldaños?
Estaba ahí, solitaria. ¿Acaso los hombres que la construyeron en su deambular por este planeta, formando civilizaciones, se extinguieron con el avance del tiempo y dejaron vestigios para el mundo que pisamos hoy?
El anhelo de quienes miran las escaleras con ojos de curiosidad es siempre subirlas. Sobre todo si ocultan secretos que, desde lo alto, inspiran a elevarnos a indagar lo que ofrece su misterio, o volvernos para mirar el camino recorrido desde su imponente altura. Sin embargo, en ese caso era imposible: aquella escalera estaba prisionera en una pintura.
Escrito por:
Eva-Morgado-Flores
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