EL ÚLTIMO BOHEMIO
En una mano el cigarro, en la otra la copa
y de fondo, un tango de Gardel.
Está el bohemio en el bar
triste, pues nadie está con él.
La noche no es la misma,
es violenta y temerosa,
nada que ver como antes.
Hoy la noche es otra cosa.
La noche ya no deslumbra,
no es de poetas, autores o escritores.
Es otra cosa la noche,
de vagos, prostitutas y ladrones.
El bohemio piensa y piensa
en los amigos de entonces:
cuando la vida empezaba, el bar abría
en la noche, a eso de las once.
Todo era juego y alegría,
tango, música y poesía;
así se pasaba la noche
hasta despertar el día.
Añorando los amigos, la parranda,
pensando en cosas pasadas,
apura el trago en su boca,
pero no siente nada.
Se acuerda de tantas cosas,
de bailes, alegrías y rencillas.
Ve ahora tan distinto todo
que una lágrima aflora en su mejilla.
Son las once, la noche empieza,
pero él regresa a casa, destrozado el corazón.
Lleva en el alma el pasado,
hoy ha muerto la ilusión.
Se da cuenta de que es
el último bohemio tras la noche.
Y toda su vida fue
solo un mundo de derroches.
Ahora el bohemio ha muerto.
Nadie ha ido tras de él,
la vida sigue su curso.
El bar abrió a las once y solo canta Gardel.
Escrito por:
Mario-Villagran
Comments