COMO UNA LAURA EN EL DESIERTO
Buscó postres en el desierto
peces dorados en las piedras
tierras raras en la pirita
luna llena todos los días.
Olvidó su nombre en el viento
frágil menguante su cuerpo
mariposas negras sus ojeras
su voz, vocales de luz. Belleza.
Rostro, pechos, talle, caderas
superior a Afrodita y Atenea.
Tez de barro, mármol y porcelana;
belleza efímera, perenne y eterna.
Como una laura en el desierto
pasión callada siento por ella.
Mi flor de loto, bella entre suculentas;
tácita y mohína, en la cafetería.
Se reprimió en un rincón redondo
por quien quemó su piso pélvico
por quien manoseó su corazón,
su nuca, del espinazo la punta.
Ella, que saca a sus vástagos del fango,
come naranjas, vuela sobre la luna.
Ella, a sus treinta y cuatro años,
nada puedo ofrecerle… solo ver su grandeza.
Laura (del griego Λαύρα: pasaje, corredor, avenida): En jerga monástica de la Iglesia ortodoxa, conjunto de celdas alineadas en el desierto, con una iglesia para la celebración dominical y un refectorio en el centro.
Escrito por:
Francisco-Valenzuela
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