¿A QUÉ DIOS TE AGREGAS QUE DE MÍ TE ALEJAS?
Tu voz fue mi oración.
Tu beso mi Rosario.
Tu sonrisa fue mi ayuno.
Tu sexo mi libro sagrado.
Tu infidelidad apostasía.
Tu boca un cáliz amargo.
Tu amante un falso profeta.
Tu "mesías", infierno de vida.
¿A qué Dios te agregas
que de mí te alejas?
Etapa de negación
cual Tomás Dídimo.
Etapa de conversión
cual María Magdala.
Salomé, hija mía,
por ti he sido crucificado.
Salomé, querida,
con tu lanza perdí mi vida.
¿A qué Dios te agregas
que de mí te alejas?
Solo queda llorar,
mi cuerpo enjugar.
Y con tu cabellera
hazme embalsamar.
Así tu corazón
será mi sepulcro.
Y en tu memoria,
antes de que fallezcas,
por fin... te he de perdonar.
Escrito por:
Francisco-Valenzuela
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