Pan, espejo del universo,
luz utópica e inmaculada
llena de vida y obra amarillas,
que riegas con sangre terrestre
la flema y escoria del tiempo.
Pan, testimonio y memorial,
crudo, quemado y bronceado,
calor del ensayo, fuego del error,
desde el horno realista
y el corazón del reloj,
tu voz permanece cual evo.
Puesto que tu nombre abarca todo,
veo en ti a cada hombre, mujer y niño:
“El pan que consumimos,
está lleno de agujeros.
¿Es acaso mera coincidencia,
o es que aún mantiene su importancia
en nuestro inconsciente colectivo?”:
“Me han arrojado a la basura,
me han intimidado los perros,
el moho me ha violado,
la soledad me ha endurecido.
Mas, como metal hecho planta,
soy resiliencia hecha alimento:
a pesar del crudo, crudo pesimismo,
la vida sí o sí merece ser vivida”.
Pan, espejo del universo.
Pan, testimonio y memorial.
Pan, resiliencia hecha alimento.
Por eso tu sabor nos hace seguir adelante:
porque la humanidad te espera con hambre.
Escrito por:
Francisco-Valenzuela