APOLOGÍA
Humor negro de mi demencia
te agradezco por los sarcasmos
y las iluminaciones.
Me permites tocar
los soles bajo tierra,
el revés, de las germinaciones,
el cementerio de los barcos
oxidados, donde amarran
sus trenzas las medusas.
Exaltada corro
tras el último tren
la rueda es una caja.
Lágrimas brotan
de mis orejas sordas,
caen en el hueco
de mi ombligo.
No doy excusas,
no hago especulaciones,
no reparto panfletos.
Celebro a la materia gris
por el derecho a la libertad
de escribir alucinaciones,
delirios y estupideces.
Escrito por:
Helena-Herrera-Riquelme