PARESTESIA
Omnipotente me elevo ante las sobras quejumbrosas del dolor,
pretéritas se vuelven las nostalgias ya vividas,
retomo la magnificencia del oxígeno,
me deleito ante las pestañas que abren pupilas.
Te tomo de mi mano, ¡vámonos juntos!
Por ese paraje de inhóspitos senderos
dejemos la sorda ignorancia que todo lo permea
es este hoy, ¡infausto!
Esta es la época de la parestesia.
Elevémonos con la omnisciencia en los ojos,
en las manos, en la lengua, en los oídos,
no seamos hoja que se lleva el olvido.
Zapping: parestesias, ignominia, sordidez,
la megalópolis se ha vuelto una orate,
ocho horas de alienación no compensan seis horas de surrealismo,
y vamos sumando, tiempo re-repetitivo,
dos horas y algo atravesando las entrañas de la noche,
noche al inicio, noche al final,
entrañas llenas de pasadizos donde ojos se miran sin mirar.
Ojos parestésicos,
oídos parestésicos,
bocas parestésicas,
piel parestésica,
corazones parestésicos.
La tecnocracia ha roto las ampolletas
esas que iluminaban el siglo de las luces,
el veinte trajo los golpes y la guerra,
hoy ya todo es parestesia.
Sinestésica me elevo ante la bruma,
sinestésica me duermo y me despierto,
los relojes de Dalí se derriten entre mis dedos,
memoriosa percibo la infinitez de la existencia: Nihil nobis, nihil sum…
La sinestesia nos dota de existencia,
no basta ser presencia en ausencia.
¡Despierta mundo impávido!
Olvida la anestesia.
¡Ven conmigo y toma mi mano!,
huyamos juntos de este pantano,
volvamos a lo puro, a lo nuestro,
a la cándida sonrisa, al inocente juego.
Seamos interlocutores ahora,
no cliqueos a destiempos,
acompáñame a la aurora
al resurgir del polvo
con el alma sinestésica,
sintiendo cada trazo, cada trozo, cada esencia,
aunque la vida se nos vaya percibiendo
digna en vez de indiferencia.
Escrito por:
Jessy-Chamorro-Salas