ARRIBISMO
No, el arribista no pertenece a
la aristocracia castellano-vasca
una y otra vez se engaña con este linaje
que llegó a Chile huyendo de la peste
y la hambruna en Europa.
Con Arribismo el medio pelo borra su pasado
no tiene el nuevo rico casa de buena madera
con pilares y gruesas vigas a la vista
del modo que la identidad propia la sustente;
en su corrosión diaria muestra la hilacha
se olvida de la pobreza de antaño
y se instala lleno de lujos en el barrio alto.
La siútica se siente rubia y se le asoman
en la cabellera las raíces negras,
se cree Madona sobrevestida
y los rasgos mestizos la delatan.
Va de vacaciones a Centroamérica,
al Caribe, a Miami y no conoce Chile
no conoce la geografía de su país
ni mucho menos adónde fue,
el viaje es una apariencia vana
para ascender en sociedad.
Con Arribismo
no se ve la autenticidad de la pureza
caretas lenguaraces maquillan los hechos
el síndrome de falsear la identidad a como dé lugar
el abogado sobornando jueces, el diablo corruptor,
el mismo que canta en misa y desea a la mujer del prójimo.
En el devenir y de golpe
el militar y civil arribista
tuvo miedo a la cultura
en el fuego opresor quemó
los libros, censuró el arte,
el conocimiento visionario.
He aquí su cerebro,
una nuez seca por dentro.
Neoarribista,
pierde su tiempo y espacio
en compras innecesarias
se gasta el dinero que no tiene
en un automóvil que no sabe manejar,
vive del qué dirán lo demás
parafrénico en su delirio.
El patrón abusivo
trepa y trepa y trepa
por sobre el bien y el mal,
no le paga las imposiciones
a la empleada con años de servicio,
se burla delante de ella, habla en otro idioma
con la papa en la boca y su inglés falsete
el negrero finge familiaridad
piensa que todos son sus lacayos.
Y dijo Siútico
al fin del mundo,
se caen del mapa
los piojentos resucitados
se ahogan al fondo del Pacífico
y vuelven a la miseria de su podredumbre.
Escrito por:
Marcela-Silva-Ramírez
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