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DE CARA A LAS ESTRELLAS
Me tumbo en los maderos añejados por el tiempo, huele a azahar y a hierba buena.
El cielo está dispuesto, está perfecto.
Siento la brisa tibia en mis mejillas, y los mechones rojos en mi cabeza bailan con sutileza.
Está oscuro, no siento miedo; miles de estrellas me rodean, estrellas de amor, estrellas de sueños,
tiritan a lo lejos, muy lejos de mi cuerpo tumbado en la madera vieja.
Mis ojos marrones se cautivan, contemplan las constelaciones que danzan sobre la estela negra, en armonía perfecta.
¡Cuánta belleza!
Unas caen, otras se alejan. Son infinitas, rodean la luna y su silueta, que luce delgada, perfecta.
Destellan una tenue luz que da paso libre a mis recuerdos y pensamientos.
Quiero tocarlas; alzo mis manos, mas alcanzarlas me resulta imposible.
Un sorpresivo sueño me hipnotiza, baja una estrella y en silencio me besa.
Abro mis ojos, allí están nuevamente aquellas luces parpadeantes,
Ahora mucho más de cerca, brillan como doncellas. Sonrío.
¡Estoy de cara al cielo, de cara a las estrellas!
Escrito por:
Patricia-Venegas
