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Aguja Literaria

VIVIENDO EN AUSTRALIA: EL REPUNTE LABORAL



Porque no hay mal que por bien no venga… ¡conseguimos trabajo! Y Ley de Murphy, tuvimos que rechazar otras ofertas laborales porque después de no tener nada, nos llegaron todas juntas.


El lunes fuimos a una entrevista para trabajar preparando comida para los aviones de varias líneas aéreas. Nos tuvieron tres horas rellenando papeles, nos entrevistaron y vimos un video. Fue insufrible. Además, estos australianos se las dan de país ecológico, pero cada vez que pueden te meten más papeles. ¡Dejen de contaminar y tendrán menos que reciclar! Por lo menos aquí nos contrataron al tiro para el día siguiente. Para variar, lleno de chinos el trabajo. Aquí tú levantas una piedra y sale uno de ellos.


Salimos de la entrevista y tuvimos que ir a comprar zapatos de seguridad para poder empezar al otro día. Te los exigen por el peligro de que te pueda caer un cuchillo o algún elemento pesado. Obviamente no había la talla adecuada para mis pies pequeños de niña, ya que por lo general son para hombres. Logré encontrar unos horribles, más chicos, pero igual cuatro números más grandes del adecuado. Debido al apuro tuve que comprarlos y así partí, como Tribilín, a mi primer día laboral. Claramente era más peligroso andar con esos zapatos que con unos que no fuesen de seguridad, pero anda a discutirle a un Australiano sobre exigencias de prevención (más de un resbalón y vergüenza me he ganado en los pocos días que llevo trabajando, pero las lucas… nadie me las quita).


El primer día nos tuvieron toda la jornada haciendo diferentes tipos de sándwiches. Aquí nos dimos cuenta de que los chinos se aprenden un par de palabras en inglés, y eso es todo lo que saben decir. No importa cuánto tiempo lleven viviendo en Australia, ¡su inglés no progresa! Y además, cada palabra que saben, la repiten al menos dos veces seguidas. La Sofi se equivocó en poner unos sándwiches en una repisa. Primero la china la subió y la bajó, pero cuando se dio cuenta de que el error había sido menor, le dijo: “Lucky, lucky, lucky!(1). A mí después me dijo: “Go to the freezer and push Apple, push apple!”(2). Yo sin entender qué quería que hiciera con las manzanas, entré al lugar donde estaba todo refrigerado y busqué las manzanas y se las llevé en una bolsa. Ella me miró y me dijo: “What are you doing? Push Apple!”(3). Entonces volví al freezer y pensé que quería que empujara las manzanas y ordenara todo ahí, pero no estaba segura, entonces le pregunté a la Sofi si ella había entendido algo, y me dijo “no sé… ¿algo con las manzanas?” Jajaj. En eso me vio la vieja y me dijo “Easy job, easy job, push push!”(4), haciendo la mímica de empujar. Yo pensaba: Sí sé lo que es “push”, pero ¡¿qué @#$& quieres que haga?! Así que exasperada, entró al congelador, trajo todos los cajones de manzanas y me dijo: “This is the easiest section! If you don’t undestand you can’t work in other section”(5)… Entonces, ¡aprende a hablar!, pensé para mí.


Complementamos el trabajo en el aeropuerto, trabajando en una fábrica de DVDs. Es un trabajo demasiado monótono, tienes que hacer todo el rato lo mismo, cual “Revolución Industrial”. Puede ser que un día hagas tres cosas distintas, pero cada una la haces al menos durante dos horas seguidas. Igual uno se ríe, porque hay mucha gente de distintos países en las mismas que tú, y nos morimos de la risa con “la infaltable china de todas las pegas”, que nos da instrucciones y nos reta. Siempre nos dice: “Do it like this, don’t do it like that”(6), (léase “do it like this, don’t do it like a dad”)(7), o “My Friend, Told you beforeeeee”(8) (léase “Ma fren, told yo befooorrr”), y puras cosas así. Imposible tomar en serio sus retos. Ayer, alguien se equivocó en llevar un pallet y gritaba: “This one not the one, this one not the one”(9). Un real personaje. Hay un par de chilenos que hemos conocido ahí, con quienes la imitamos todo el rato y lloramos de la risa. Y así se saca cada día una frase nueva.


El primer día en la tarde me mandaron a trabajar a otra sección con la china, y la vieja me miró y me dijo: “¡Ohhohhohh you don’t have condoms! Go for them, condoms, condoms, condoms!”(10), alteradísima. Yo entre asustada y, tratando de aguantar la risa nerviosa pensaba: “¿Qué trabajo me mandaron a hacer que necesito condones?”. Quería que me pusiera protectores para los dedos, que eran unos mini condones. Así que me los puse y ¡me fui bien protegida a trabajar! La seguridad ante todo.


Bueno, y así se pasan los días. Es monótono el trabajo y te pones un poco más tonta, pero igual uno pasa riéndose, así que es soportable.


Como ven, de a poco vamos repuntando y ganando nuestros pesitos para vivir en este país en que el costo de la vida es tan alto, y a ver si logramos ahorrar un poquito para poder conocer el tan anhelado Sudeste Asiático.


Traducciones:


(1) ¡suertuda, suertuda, suertuda!


(2) Anda al congelador y ¡empuja manzanas, empuja manzanas!


(3) ¿Qué estás haciendo? ¡Empuja manzanas!


(4) ¡Trabajo fácil, trabajo fácil, empuja, empuja!


(5) ¡Esta es la sección más fácil!, si no entiendes no puedes trabajar en otra sección.


(6) Háganlo así, no ‘asá’.


(7) Háganlo así, no como un papá.


(8) Amiga mía, te dije anteeeees.


(9) Este no indicado, este no indicado.


(10) ¡Oh, oh, oh, no tienes condones! ¡Anda por ellos, condones, condones, condones!


Escrito por:

Josefina-Gaete-Silva


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