Breve introducción al género dramático
¿Has tenido alguna vez la idea de escribir una obra teatral? ¿Te gusta este género de la literatura, pero no sabes cómo abordarlo? Déjame mostrarte algunos conceptos básicos y consejos para comenzar a escribir drama.
Es primordial que sepas diferenciar entre obra dramática y obra teatral: la primera es el texto escrito y la segunda es la puesta en escena, es decir, la representación de lo escrito.
El drama es una de las formas más antiguas de literatura, nació en Grecia en honor a Dionisio, dios de la vendimia, para rendirle homenaje y tributo con la finalidad de obtener su bendición sobre los campos, la cosecha y la prosperidad.
Los griegos eran politeístas, es decir, tenían muchos dioses. Percibían a las divinidades como seres autoritarios y castigadores, les rendían culto para obtener sus favores y evitar que desataran su ira contra ellos. En aquel entonces el teatro y las obras de teatro no recibían estos nombres. Además, no contaban con diálogo, solo tenían un coro de hombres con máscaras que entonaban himnos y danzaban. Un día, en medio de estas presentaciones, uno de los integrantes del coro decidió responder a los mensajes entregados en los cantos, dando con ello origen al diálogo, elemento básico y constituyente de lo que más adelante sería la obra dramática.
Luego de que se concibiera el diálogo y con ello la actuación, el drama se instaló en la cultura y los autores, denominados dramaturgos, comenzaron a escribir tragedias, luego comedias y finalmente tragicomedias o dramas. ¿En qué se diferencia cada una de ellas?
Tragedia
Se refiere a un episodio fatal de la vida, termina en forma triste o con la muerte del protagonista. Habitualmente el conflicto es producto de la ruptura del orden del mundo, evento que enfrenta a los personajes con un destino inexorable del que no pueden huir. El protagonista es de carácter noble y virtuoso, digno de admiración, sin embargo, peca de soberbia, ello enfurece a los dioses y por ende es castigado. Un ejemplo conocido es Edipo rey, de Sófocles.
Comedia
La acción dramática discurre de manera opuesta a la tragedia. Si en la tragedia los personajes cambian de un estado favorable a uno devastador, en la comedia se da un ascenso en el estado de estos.
La comedia consiste en la imitación de las personas más vulgares, aquellos que encarnan defectos físicos y morales que llegan a ser ridículos y promueven la burla. Tiende a develar los vicios de los seres humanos y a mofarse de ellos. Un ejemplo claro de la comedia es Tartufo, de Molière.
El desenlace es feliz y optimista, ya que su finalidad es provocar la risa del espectador.
Drama
Es la mezcla de la tragedia y la comedia. No es tan extrema como la primera en cuanto a un desenlace fatal, pero no necesariamente tan optimista como la comedia. El drama nace con la finalidad de presentar conflictos más realistas, más cercanos a los seres humanos para que los espectadores se sientan identificados. Un buen ejemplo de este tipo de obra es La vida es sueño, de Calderón de la Barca.
Bueno, ahora que conoces un poco más los conceptos, puedes empezar a incursionar en qué género dramático te gustaría escribir. Pronto te contaremos más acerca de este.
Este artículo fue escrito por:
Claudia Cuevas Moya
Coordinadora de edición de Aguja Literaria