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Aguja Literaria

Fórmulas sencillas para Titular una obra literaria


¿Te ha pasado alguna vez que, por más vueltas que des al asunto, navegues en Internet buscando ideas, preguntes a tus amigos y conocidos, y te desveles mirando el techo con la cabeza hecha un caos, aún no encuentras el título perfecto para tu obra?


Como creador, es complejo darle un nombre a una obra propia, en especial porque, cuando escribes, quieres que aquel título englobe en pocas palabras todo lo que esa novela o poemario (u otro) significa para ti y ansías transmitírselo al mundo de la mejor manera posible, pero ¿cómo encontrar ese título que tanto necesitas?


Te voy a dar algunos consejos para que evites poner un mal título, y algunas ideas de cómo crear títulos atractivos.


Cosas que debes evitar:


No debes tomar elementos presentes en obras ya existentes, cuyas fórmulas se encuentren más que establecidas en el mercado y suenan prefabricadas.


Ejemplo:


El último (vampiro, hombre lobo, esquimal, samurai, etc.)


Las crónicas (de Narnia, marcianas, de una muerte anunciada, de un mal amor, etc.)


El diario de (un desahuciado, suicida, loco, enamorado, una pasión, etc.)


Las aventuras de (Tom Sawyer, unos jóvenes alocados, un trotamundos, etc.)


Narraciones (paranormales, extraordinarias, para no dormir, de extraterrestres, etc.)


Si bien aquellos títulos pueden tener a primera vista un buen enganche comercial por su similitud con los ya existentes y porque la acción refleja del lector es asociarlo con algo ya conocido, hace que tu manuscrito peque de tener un nombre poco original y quede entre el montón.


Otra mala idea es ponerle un nombre en inglés a una obra en español (a menos que tenga una justificación o use anglicismos que ya se han integrado a nuestro idioma), es de muy mal gusto y crea confusión en los posibles lectores.


Tampoco debes darle a tu obra un nombre que exceda las seis palabras, a menos que desees utilizar un título y un subtítulo explicativo, por ejemplo:


Volver: Una historia sobre amor, celos, pasión y locura.


Fórmulas para crear un buen título:

  • Haz un listado de palabras, una lluvia de ideas sobre lo que se te viene a la mente al momento de pensar en tu obra; puede ser muy útil para ayudarte a crear un nombre.

  • Busca en el mismo manuscrito: muchas veces, la respuesta está dentro del libro; puede ser el nombre de algún lugar importante, un concepto abstracto que se toque en la historia, algo que conecte lo que hay en el relato con el exterior.

  • De qué se trata la historia: cuida que el título vaya de la mano con lo que escribiste, puede que tengas en mente una idea genial y llamativa para titular, pero que no le haga justicia a lo que realmente escribiste; no debes engañar a tus lectores.

  • Usa la conocida y clásica formula para crear títulos: sustantivo + de + sustantivo (ejemplo: Príncipes de Dinamarca), o sustantivo + adjetivo (ejemplo: Raíces impuras).

  • Intenta que el título sea lo último en lo que trabajes para terminar tu obra. En ocasiones algunos autores piensan primero en el título y luego dan forma a su historia, pero corren el riesgo de que, en la medida en que vayan avanzando en la redacción, los temas centrales cambien y luego el título pierda fuerza. Por eso es mejor tener la idea central clara para luego titular el manuscrito de forma correcta y coherente.

Espero que te hayan servido estos breves consejos y los pongas en práctica cuando empieces a escribir tu próximo libro.


Este artículo fue escrito por:

Claudia Cuevas Moya

Coordinadora de Edición de Aguja Literaria


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